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«Hoy me menti para cuidarme de mi mismo…»

Mentise para no sufrir

Mientras caminaba a buscar el auto al estacionamiento vi este afiche en la calle que decía: “Hoy me mentí para cuidarme de mí mismo”. Me quedé pensando cuántas veces lo hacemos y el daño que nos causa. Eso me motivo para escribir este post. ¡Ojalá les sirva!

Sabemos que mentirnos es una herramienta que nos protege de hechos dolorosos. Recurrimos al mentirnos para negarnos alguna verdad sobre nuestros sentimientos, motivos, circunstancias, finanzas, o lo que sea que nos duela ver. Pero ¡cuidado! Cuando nos mentimos nos estamos negando evidencia lógica, racionalizando elecciones o comportamientos que sólo nos sirven como una falsa narrativa.

El mentirse puede ser consciente, inconsciente, controlado, automático, ocasional o crónico. Puede ser utilizado como un mecanismo de defensa: negarse una realidad da sensación de alivio, gratificación inmediata. Sin embargo, en muchas ocasiones -casi siempre-, son más los daños que nos provoca que los beneficios que nos brinda. Al mentirnos, minimizamos verdades difíciles de tolerar que, aunque las neguemos, están.

Mentirnos para quedar bien…

Como humanos tenemos creencias, exigencias con nosotros mismos y con nuestro entorno. Algunas pueden ser incluso irracionales. Es allí donde el mentirnos, la negación, funciona como un mecanismo de defensa para tolerar los sentimientos que conllevan nuestras acciones, emociones o actos.

Las personas tenemos varios mecanismos de defensa. Son nuestro arsenal de herramientas para sostener el equilibrio emocional. La negación es sólo uno de ellos. Como todo mecanismo de defensa, en sí mismo, no es malo ni bueno. El problema surge cuando nos aferramos a él y no lo alternamos con otros. Porque necesitamos mezclar los mecanismos de defensa para sostener la salud mental.

A veces nos mentimos para conformarnos. Otras, acerca de lo válido en una relación de pareja. En algunas ocasiones nos mentimos para convencernos de que tal grupo nos acepta. E, incluso, nos mentimos acerca de la seriedad de un síntoma físico. Son muchas razones por las cuales nos mentimos. Mientras más intentemos aceptarnos como somos, mientras más honestos seamos con nosotros mismos, menos nos sirve el mecanismo de la negación. Pierde su funcionalidad.

Explicacion para mentirnos

Darnos explicaciones e interpretaciones rebuscadas de nuestros comportamientos para justificarlos y no sentirnos mal es un clásico. Por ejemplo, un empleado que se queda con un vuelto en la empresa y se lo explica diciendo que le pagan mal, por lo que su comportamiento es adecuado, sería una buena muestra de lo que estamos hablando.

Como sostenemos siempre desde la terapia cognitiva, cada uno interpreta la misma información de modo distinto. A cada uno le impacta un hecho de un modo único y desde allí también se sostienen sus propios modos de ver las cosas. Podemos llegar a ser muy selectivos cuando buscamos justificativos para nuestras conductas.

¿Qué podemos hacer?

  • Trabajar la confianza en uno mismo
  •  Fortalecer la autoestima
  • Identificar las causas que nos llevan a esa situación y lidiar con los motivos
  • Lidiar con los miedos
  • Trabajar la aceptación de nuestros límites

Resumiendo, el mecanismo defensivo de la negación es válido. Sin embargo, si lo usamos frecuentemente no nos permite enfrentar las dificultades. Por eso no es conveniente abusar de este mecanismo. Pues mentirnos un poco nos puede cuidar, pero mentirnos mucho indefectiblemente nos daña e inhibe toda habilidad de hacer o tomar decisiones inteligentes.

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