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La Verdadera Sinceridad: Cómo Comunicar Sin Lastimar

Hay momentos en los cuales sentimos que debemos decir algo. Que callar no estaría bueno y seria como traicionarnos. Que la verdad, por dura que sea, debe salir como un torrente, sin freno, sin filtro. Y lo hacemos. Decimos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que nos molesta. y no siempre esa verdad suma, sino que resta. Eso es el sincericidio.

La trampa de la sinceridad absoluta

Sabemos que ser sinceros es una virtud. Decir la verdad es señal de integridad. Y lo es. Pero hay una línea muy delgada entre la sinceridad y la crueldad.  Entre expresar lo que sentimos y descargar lo que pensamos sin ser conscientes, estar atentos, de cómo será recibido.

¿Por qué hablamos de más?

Los motivos por los cuales hablamos de mas son múltiples. Puede ser en un momento de enojo, de frustración o cansancio. Puede ser una forma de imponer nuestra visión, de marcar un territorio emocional, de dar a conocer lo que sentimos. Puede ser inmadurez…

No podemos, por más entrenamiento emocional que tengamos, saber cómo impacta esa verdad en el otro. Es información sobre mí el hablar. Es información sobre el otro como recibe esa verdad. No es poco habitual caer en esta trampa de decir la verdad…. La sinceridad sin empatía es como una cirugía sin anestesia. Puede ser necesaria, pero deja trauma.

Algunas claves para evitar el sincericidio:

  • Pregúntate para qué lo vas a decir: ¿Es para ayudar, para sanar, para construir? ¿O para descargar, castigar, marcar?
  • Elegí el momento y el lugar: No todo se dice en cualquier contexto.
  • Usa el lenguaje del cuidado: “Siento que…”, “¿Podemos hablar de esto?” son frases que abren, no que cierran.

La verdad que cuida

El sincericidio deja silencios y distancias. También genera resentimientos. E, incluso, lo más doloroso, puede hacer que el otro se cierre, se proteja o se aleje. El ser sincero no implica el decirlo todo. El ser sincero implica tener en cuenta al otro, su historia, su sensibilidad. La verdad que cuida no se lanza, se comparte.

Hablar con conciencia.

Aprender a hablar con conciencia es un acto de amor. Amor propio, porque nos permite crecer emocionalmente. Y amor hacia los demás, porque los cuida, los respeta, los honra. No se trata de callar lo que sentimos. Se trata de aprender a decirlo sin destruir.

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