Celebremos el progreso más que las metas

Se viene fin de año nomás. Muchos de nosotros nos vemos movilizados a reflexionar sobre lo que nos sucedió este año, cómo nos fue. Qué logramos y qué no… Algunos estamos deseosos de que llegue el 2025 y dispuestos a ver qué desafíos traerá consigo.

¿Nosotros? ¡Uh! Cuántas cosas nos pasaron durante el año 2024. Nos mudamos de un PH que queríamos mucho a un precioso departamento. De bienvenida tuvimos un accidente con dióxido de carbono. Y desde ahí un paseo por el hospital italiano.

Nos levantamos y nos reconstruimos. El accidente puso a prueba nuestra capacidad de resiliencia y realmente, sin falsa humildad, me siento muy orgullosa de lo que logramos.

Después de lo vivido en 2024 aprendí a celebrar el progreso más que la perfección. Aprendí lo importante que era focalizar en el presente. También aprendí a disfrutar de cada uno de los pequeños logros que íbamos obteniendo. A vivir con conciencia de finitud. Lo importante que es tener alguien que venga al rescate. Agradezco infinitamente el apoyo recibido. Fiona, la heroína de la historia, fue hospedada en la casa de una de mis hermanas. Las niñitas la cuidaron con muchísimo amor. ¡Creo que la gorda recibió lo que s3 merecía!

Establecer objetivos

Me di cuenta de que está buenísimo plantearse objetivos para el año entrante. Siempre teniendo en cuenta que ponerme en marcha es una cuestión de actitud y está a mi alcance. Pero el resultado no siempre depende de mí. Proponerse desafíos ayuda y estimula. Plantearse desafíos alcanzables, medibles, reales logra que esos cambios sean duraderos.

Elegir objetivos que sean relevantes y significativos para mí activa la voluntad. Esto a su vez funciona como un motor para lograr esos objetivos. 

Fechas límites 

Pongamos fechas realistas y concretas para alcanzar ese objetivo. El tiempo funciona como un ordenador: estructura nuestras conductas hacia ese fin y nos permite tener registro del progreso.

Hacete un plan

Un plan bien definido es esencial para transformar resoluciones en acciones. Ahora bien, este debe ser flexible y dinámico, adaptarse a los imponderables que vayan surgiendo. 

Ser un norte, no un ancla. 

El 2024 nos eneño mucho.Aprendimos que es esencial saber abrazar el esfuerzo, vivir los fracasos como oportunidades para aprender. Ante esos momentos, ser amable con vos mismo. No te castigues. Tratate con la misma empatía que tratarías a un amigo.

También es importante ser consciente durante todo el proceso: registrar qué es información sobre mí, qué es de los demás..Que es mi responsabilidad y que no.Y, por sobre todo, celebrar el progreso más que la perfección.